¿Cómo protege un ilusionista sus creaciones?
Los ilusionistas Teller y Dogge llegan a los tribunales por el plagio de un espectáculo de magia.
Previamente indicar que la literatura jurídica doctrinal y jurisprudencial española es parca en soluciones al respecto, si bien comentaremos brevemente una resolución de marzo del 2014 de un tribunal de Nevada la cual resolvió un pleito a favor del mago Teller en un pleito que lo enfrentó con Gerard Dogge, dado que una ilusión del primero había sido realizada por el segundo en YouTube, con la intención de lucrarse de la misma.
La rutina en cuestión se denomina “Shadows,” y ha sido parte de las actuaciones de Teller durante casi cuarenta años, además la misma fue registrada por éste como obra de teatro en 1983 en la United States Copyright Office.
En marzo del 2012, Dogge subió a YouTube dos videos en los cuales realizaba una ilusión similar denominada “The Rose and Her Shadow”, finalizando el video con la siguiente frase “Magic in Las Vegas style! Now available”, “A Double illusion for the price of ‘One’!!” (¡Magia en las vegas! Ya disponible, Una doble ilusión por el precio de una), que según él era un versión diferente y mejorada respecto a la de Teller, pero también es cierto que existía un claro ánimo de lucro, no sólo por los beneficios, directos e indirectos, de subir los videos a YouTube si no también por la venta del secreto.
Según se recoge por el tribunal, Teller empezó a usar la rutina en cuestión en 1976 pero no obtuvo el registro de la misma hasta 1983, sin embargo, el tribunal dota de protección este período de siete años, dado que se aportaron evidencias suficientes al respecto, incluso testimonios de terceras personas.
Dogge basó su defensa en que los derechos de autor de Teller se basaban en un registro de una obra de teatro y no de una rutina mágica, si bien esgrimió otros argumentos a los que jurídicamente el tribunal no dotó de tanta relevancia como el anterior (“abandono” de los derechos de autor por Teller, ausencia de información al público de que “Shadows” estaba protegida por derechos de autor y que Teller desafiaba abiertamente a copiar su obra).
En síntesis, el tribunal razona que ciertamente tenía razón Dogge cuando alegaba que los trucos de magia no están protegido por los derechos de autor pero también es cierto que sí lo están las obra de teatro o las pantomimas, por tanto, aquel truco de magia incluido dentro de una pantomima u obra de teatro implica que la protección a éstas se incluye también a los elementos que componen la misma, como es el truco de magia o ilusión, siendo éste el argumento principal esgrimido por el tribunal.
Por último, señalar que el tribunal manifestó, en contra de lo manifestado por Dogge, que las diferencias entre las dos rutinas son insignificantes comparadas con el gran número de semejanzas entre ambas.
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