"La Gandula" La ley de vagos y maleantes
Promulgada y aprobada por el presidente de la Segunda República, Niceto Alcalá-Zamora, y el presidente del Consejo de Ministros, Manuel Azaña en 1933, se trataba de regular la prevención sobre determinadas personas que podrían reunir indicios de criminalidad al ser rechazadas socialmente de manera mayoritaria y que en nuestros días podemos juzgar como de trato absolutamente injusto a todas aquellas que en su texto se incluían.
Fue durante la dictadura franquista cuando La Gandula, que es como popularmente se la conoció, cogió más fuerza. La ley perseguiría a los que se consideraba escoria en la sociedad: vagabundos, rufianes y todo aquel que no pudiese demostrar tener un domicilio fijo o un empleo que le sustentara.
En 1954, tras una reforma de la ley, cuando se añadió en esta lista a los homosexuales, los cuales podían ser también encerrados en campos de concentración junto con la considerada escoria de la sociedad, donde estaban obligados a realizar trabajos forzosos y por estar incluido todo ello en la propia norma que lo regulaba.
Se mantuvo en vigor hasta el año 1970 y fue sustituida por la Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social, en la que se incluyó a los drogadictos, las prostitutas y los inmigrantes.
Tras el fallecimiento de Franco la ley sufrió varias modificaciones, eliminando poco a poco algunos artículos, pero no fue derogada totalmente hasta finales de 1995.