El pleito por la Tizona, la espada del Cid
Más de mil años después de dejar de servir a Rodrigo Díaz de Vivar, considerado su primer dueño, la Tizona, la histórica espada del Cid Campeador, ha sido protagonista de un largo pleito judicial al que ahora ha puesto fin el Tribunal Supremo.
La sala de lo Civil ha resuelto finalmente la disputa que existía sobre la espada del Cid Campeador, considerando que el legítimo titular, por herencia, de la misma era el Marqués de Falces y que la venta que efectúo éste en el 2008 a un grupo de empresas y a una fundación por un millón y medio de euros era totalmente lícita y legítima.
La Sala señala que D. José Ramón Suárez-Otero, Marqués de Falces, era propietario de la espada por donación de su madre, la cual era legítima titular de la propiedad sobre la famosa espada por usucapión, tras el fallecimiento de su hermano, al cumplirse el plazo fijado en el artículo 1955 del Código Civil.
Recordamos que para los bienes muebles el citado artículo dispone que el dominio de los mismos prescribe por la posesión no interrumpida de tres años con buena fe y también por la posesión no interrumpida de seis años, sin necesidad de ninguna otra condición. Lógicamente dicha posesión debe ser en concepto de dueño.
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